Consideraciones sobre el ciberLeviatán de Jean-Francois Vogel
Parece ser que el Leviatán, como concepto absolutista toma una nueva dimensión con Internet. Se trata del poder soberano conformado por una sumatoria de pantallas interconectadas, en una nueva forma de democracia.
Anteriormente los medios de comunicación, partían de un centro de poder y generador de noticias hacia una periferia. En la red no existen los conceptos de centro-periferia, sino que se transforma en un espacio común, inconmensurable.
Como en los medios tradicionales, Internet puede uniformar y vincular, pero a la vez puede crear disenso y rechazo. Sobre todo porque no se trata de un medio unidireccional, sino que se convierte en la panacea democrática: conexión y participación ilimitada. Sin embargo, este modelo electrónico no ha podido sustituir aún a la democracia clásica.
La necesidad social del ser humano se ve proyectada por las múltiples posibilidades que ofrece este entretejido cibernáutico. En este mundo virtual –o ya es más real que nunca- puede compartir desde nimiedades hasta debates ontológicos. También construye una nueva forma de presión política, sin intervenciones de la prensa.
Ya el monopolio de la información no está en los medios. Los recursos tecnológicos no son exclusivos y están a la mano de cualquiera. Como cita Fogel a Eco: “el mundo de la información ya es obra abierta”.
En este contexto, la posibilidad de un Estado totalitario, censurador es prácticamente imposible con una red abierta. Pero ¿y si nos cierran la red, volverá el estado absolutista hobbesiano en el que cada uno es parte del tirano?¿será posible simplemente bajar el switche de la interconectividad?